Ética como principio en la profesión contable
La Real Academia de la Lengua Española define la Ética como el “conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”.
A su vez, la ética profesional es reconocida como la ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos de los profesionales en el cumplimiento de sus actividades profesionales.
En el ámbito de la profesión contable, la ética juega un rol fundamental, y sin temor a equivocarnos, se constituye como uno de los pilares que la soporta.
Sabemos que la contabilidad influye en la toma de decisiones empresariales, permite reflejar la realidad de las operaciones efectuadas por la empresa y se constituye como una de las principales herramientas para medir su gestión.
Ante ello, el rol del contador se torna fundamentalmente
importante, y la ética como un principio inherente a su gestión.
Surge como una ciencia que estudia la conducta del ser humano y engloba una serie de formaciones racionales, metódicas y sistemáticas fundamentadas en las experiencias cotidianas de sus actividades.
Podría decirse que la ética describe la ruta más apropiada
que debemos tomar para conseguir una meta u objetivo, sin perjudicar al prójimo
y a las normas que establece desde la sociedad hasta la labor que estamos
desempeñando.
Desde el punto de vista de las profesiones, y especialmente en la profesión contable, la ética tiene una posición de ciencia normativa, por lo que se encarga de estudiar tanto los deberes como los derechos de cada profesión. Otros la llaman Deontología Profesional cuando se trata como materia de estudio en instituciones académicas para fomentar la ética desde la formación universitaria.
Aplicada en la profesión contable, la ética profesional se establece como principio fundamental basado en los actos morales que realicen los contadores en situaciones particulares producidas por sus deberes administrativos.
Cuando un contador pone sus capacidades laborales al
servicio de externos pasa a ser responsable y a cumplir de manera obligatoria
con el tercero. Estas actividades siempre deben respetar las Leyes establecidas
en los Códigos de Ética de cada empresa que, a su vez, pueden estar ligados a
Colegios y legislaciones del Estado.
En Perú, existen distintos Colegios de Contadores Públicos, desde
el 2005 estos rigen los lineamientos de ética bajo el Código de Ética Profesional Del Contador Público Peruano.
Estos lineamientos se basan legalmente en la Constitución Política y otras
Leyes y Decretos. Cabe destacar que todos los contadores colegiados deben
cumplir obligatoriamente con lo que dicta este Código; igualmente, las empresas
y organizaciones privadas pueden demandar su cumplimiento.
Como hemos mencionado en párrafos anteriores, la profesión
del contador público exige una serie de principios éticos, entre los que
destacan:
Para que un contador pueda ser calificado como íntegro en
sus relaciones y actividades profesionales, debe ejercer con honestidad, justicia,
rectitud y sinceridad.
En este principio, se demanda el uso del razonamiento lógico
antes que los impulsos emocionales, sobretodo en situaciones que requieran la
toma de decisiones. Su contraparte es la subjetividad, que debe ser rechazada
por el contador, es decir, no debe favorecer a un tercero o a sí mismo, ni
actuar bajo conflicto de interés.
Las habilidades y conocimientos del contador deben mantenerse
en un alto nivel de rendimiento, con el fin de ofrecer sus servicios de forma
competente y satisfacer al cliente de la empresa. Para mantener este nivel, lo
más recomendable es la constante práctica y formación en nuevos conocimientos.
A menos que sea bajo deberes legales o profesionales, el
contador no debe divulgar la información obtenida en sus labores y relaciones
cotidianas. De igual forma, debe mantener bajo control a sus compañeros de
trabajo para que respeten la confidencialidad.
El buen comportamiento engloba distintos actos de compañerismo, respeto y sinceridad, de manera profesional que favorezcan desde la productividad hasta el ambiente laboral.
Lógicamente, al cometer actos no éticos en la profesión
contable, se estaría infringiendo con las leyes establecidas de las que ya
hemos hablado. Por otro lado, más específico relacionado a las
consecuencias empresariales que genera la ausencia de ética profesional,
podemos mencionar los problemas legales por corrupción, el daño a la imagen y
credibilidad corporativa, así como el incumplimiento de la responsabilidad
social corporativa; el descenso de la productividad y la falta de respecto
tanto en la directiva como en los departamentos.
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